viernes, 5 de enero de 2018

DEL CORREGIMIENTO DE CAPA Y ESPADA DE ATIENZA Y MOLINA DE ARAGÓN

DEL CORREGIMIENTO DE CAPA Y ESPADA DE ATIENZA Y MOLINA DE ARAGÓN
Ambas poblaciones compartieron Corregidor desde el siglo XVI

   El mes de enero es tiempo de nuevos propósitos, por parte de quienes quieren comenzar con buen pie el nuevo año; y fue, y es también, tiempo en el que suelen, y solían, dar comienzo algunas novedades para los pueblos. Entre ellas, y con harta frecuencia, el relevo de los Corregidores reales.



   Atienza, desde que los Reyes Católicos los generalizasen, fue un Corregimiento de Capa y Espada, uno de los treinta y tantos que hubo en los reinos de España, unido a Molina de Aragón. El de Atienza, con el de Molina, de 3ª clase, donde en la mayoría de los casos eran enviados corregidores bisoños para que aprendiesen el empleo y tras los correspondientes dos o tres años de mandato pasasen a ocupar uno nuevo, de mayor prosapia, o un cargo en la Corte de más elevada altura. El Corregidor era uno de aquellos tantos funcionarios reales que administraban ciertos intereses en nombre de Su Majestad y, por supuesto, como se nos relata en la famosa obra teatral, podía administrar cierto tipo de justicia, y hacer y deshacer, también en nombre del Rey, puesto que en sus tierras y señoríos se encontraban.

   Atienza comenzó a tener Corregidor nombrado por los reyes a finales del siglo XV, uniéndose al corregimiento de Molina de Aragón a partir de 1509, que tampoco en esto se pone la historia de acuerdo, si bien es cierto que para ese año el mismo Corregidor que ostentaba el cargo en Atienza, lo ostentaba en Molina, con visitas y residencias alternativas entre ambas localidades.

   La lista de corregidores que pasaron por Atienza, y en consecuencia por Molina de Aragón, hasta la desaparición del cargo avanzado el siglo XIX, teniendo en cuenta la limitación en el tiempo del oficio es larga, trataré de dar algunos nombres:




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  En 1489 era Corregidor de Atienza Don García de Cotes, vecino de la villa de Olmedo, en Valladolid, quien ya venía con parte del cargo aprendido, pues en 1483 era alcaide de Medina del Campo. García de Cotes fue privado de la reina Isabel, y tras su paso por Atienza regresó a la tierra vallisoletana para ser Corregidor de Olmedo, donde a su fallecimiento recibió sepultura, junto a su esposa, Catalina Rodríguez Becerra. Con anterioridad a su muerte, y tras ser Corregidor de Atienza y Olmedo, lo fue de la ciudad de Burgos.

   Si las cuentas históricas no nos fallan, fue quien más tiempo duró en el cargo, ya que le fue renovado en varias ocasiones.

   En 1509, al unirse los dos corregimientos, Molina y Atienza, ocupó el cargo Alvaro del Espinar, conocido como “el Licenciado Espinar”, quien lo desempeñaría entre ese 1509 y 1512.

   El año 1516 trajo como Corregidor a Don Antonio Criado, con un suelo anual de 45.000 maravedíes, más dos mil de ayuda y ciento ochenta fanegas de pan (trigo); en 1525 teníamos a Don Antonio de Cabrera; en 1533 a Don Diego de Molina, quien fue igualmente justicia mayor de Cifuentes; en 1545 a Don Rodrigo Manrique; en 1558 a Don Juan de Argüello Carvajal; en 1566 a Don Pedro de Prado; en 1571 a don Francisco de Avendaño; en 1595 a don Alonso de Luzón; en 1631 a don Juan González de Salazar, que ya lo había sido del Valle de Orozko, en Vizcaya.

   El siglo XVIII traerá hasta Atienza y en su consecuencia a Molina de Aragón, a toda una serie de futuros grandes personajes en la política de los reinos, pues los anteriores, en la mayoría de los casos, no eran sino hijos de hidalgos que comenzaban a medrar en aquello del poder. Nombres en la mayoría de los casos unidos a la herencia del apellido:



   Antonio Pérez de Goiburu desempeñó en Atienza, a partir de 1700, diferentes cargos, desde el de Alcalde Mayor, al de Corregidor. Fue abogado de los Reales Consejos, Corregidor también de Guadalajara, y probablemente desempeñó cargos de importancia en su natal Cogolludo, puesto que allí había nacido en 1666. Tras su paso por Atienza fue nombrado Corregidor de Borja, cuando ya contaba la nada despreciable edad de 76 años.

   Otro de los personajes que pasaron por el corregimiento de Atienza y Molina y cuya carrera se extendió en el tiempo fue Don Sebastián de Eusa y Torreblanca, natural de Tafalla y quien terminaría sus días en el Consejo de Navarra. Para llegar hasta él tenía la experiencia de haber pasado por Atienza-Molina, y posteriormente Becerril, Soria y Madrid, en donde fue teniente de Corregidor.

   En 1737 el Corregidor era Don Vasco de Parada, a quien reemplazó en el cargo Don Juan Manuel de Ortega.

   Para 1750 teníamos a otro gran personaje: Don Manuel de Prado Castellanos, quien pasó por larga nómina de localidades. Encontramos su nombre al frente de las alcaldías mayores de Guadix-Baza, Jerez de la Frontera, Segovia y de los corregimientos de Vivero, considerado uno de los más pobres de la carrera; Requena, Molina-Atienza y Tordesillas, último que desempeñó entre 1753 y 1756, antes de ser nombrado para el de Borja.



   TRES LIBROS PARA CONOCER ATIENZA A FONDO.



   En el mes de agosto de 1798 se designó Corregidor al abogado de los Reales Consejos y de la Audiencia de Oviedo, Francisco de la Sala Valdés, cargo que ocuparía hasta el verano del año 1800.

   En 1807 fue nombrado Corregidor el madrileño Juan José Rodríguez González de Valdeosera, quien permaneció en el cargo hasta el final de la Guerra de la Independencia, pues a pesar de haber pedido su relevo fue confirmado en el cargo por el rey José Bonaparte en el mes de julo de 1809.

    Juan Agustín de Suinaga era Corregidor de Atienza y Molina en 1792 y Don José Romero y Ramírez en 1815, cuando ya al cargo le quedaba poco tiempo en el organigrama político.
   Tantos fueron los cambios que no es de extrañar que no llegasen siquiera a conocer a sus administrados. Se cuenta de uno de ellos que, a su paso por las calles de Atienza camino de la iglesia, los vecinos le decían aquello de:



   -Dios guarde por muchos años al señor Corregidor.

   Hasta que éste, poco acostumbrado a aquello de los buenos deseos preguntó el motivo.

   -Es que cuando quitan a uno malo viene otro peor, y a vos señor, ya os conocemos… -dicen que fue la respuesta.

   Todo indica que el domicilio del Corregidor en Atienza se encontraba frente a la casa del Concejo, en la plaza Mayor de la localidad. En Atienza, la casa que hoy conocemos como “del balcón de esquina”, entre las entonces calles Mayor (antigua Zapatería), y del Águila (actual de Layna Serrano y anteriormente Real). Hasta mediados del siglo XIX la hoy plaza de San Juan, o de D. Bruno Pascual Ruilópez fue la Plaza Mayor, o de la Villa.

   Una página poco estudiada de la historia de ambas poblaciones, Atienza y Molina de Aragón que, sin lugar a dudas, da para mucho.

Tomás Gismera Velasco
Nueva Alcarria, 5 de enero 2018